martes, 4 de marzo de 2008

Silencioso Hospital

Mi niña estos momentos a tu lado me han enseñado tanto que el dolor que siento no puede ser menor, verte a ti sola en una pieza de hospital me parte el corazón, conectada a una maquina de suero con medicamentos, con una aguja clavada en tu piel para así poder aliviar un poco el malestar que sientes. Esto no esta bien para un niño, eso le queda a otros, tú deberías estar en tu casa con los que te aman, compartiendo juegos infantiles con tus hermanos.

Extraño tus gritos, tus preguntas y tú incansable manera de hablar ahora te haz convertido en una niña silenciosa, la que raras veces sonríe y sé que el único responsable de esto no es otro que este hospital que con su olor a medicamentos te ha ido envolviendo enseñándote a callar en vez de hablar, a llorar en vez de reír, no quiero eso para ti, para mi regalona, para mi guagua deseo que seas la misma de antes la que mareaba a cualquiera de tanto que hablaba.
Siempre he creído y ahora confirmo que los hospitales entristecen a los enfermos, crean personas melancólicas llenas de dolor por la soledad y el silencio. Muchas veces el sufrimiento psicológico es más grande que el malestar físico y eso veo en ti Maria Ignacia no estar en tu casa te ha ido empequeñeciendo, volviéndote triste silenciándote.

Trato de decorar tu pieza, volverla familiar pero me duele el alma cuando llego a cuidarte y cuando me voy lloras ¿Qué te hizo este hospital? ¿Por qué te tiene así? ¿Por qué ya no sonríes si es tan fácil? No aguanto mas verte triste, llena de marcas que te dejan las agujas, esas que tu dices que son vacunas, para mi son las cicatrices que te ha dejado esta enfermedad, no aguanto verte sufriendo por la necesidad de estar en tu casa, pero sé que llegará el momento en que yo llegué a mi casa y tu me dirás.- hola mi tía yuana.